
Por: Irisdea Aguayo
En discusión familiar, coincidimos que es una “niñada” de los Green Bay Packers protestar contra los Philadelphia Eagles por su magistral jugada “Tush Push”, pero como suele suceder mi mente se fue a la política.
Pero bueno, para estar en sintonía, me explico: En el fútbol americano, el “Tush Push”, también conocida como «Brotherly Shove», es cuando el mariscal de campo (quarterback), con el balón en mano, es empujado por sus compañeros desde atrás para avanzar, el empujón en conjunto, casi siempre garantiza el primero y diez.
No es espectacular, pero es eficaz: Es el poder de la fuerza colectiva, del trabajo en equipo, y de la estrategia aplicada justo cuando más se necesita.
La analogía con la elección del primero de junio en México resulta inevitable. Porque lo que está en juego no es solo el rumbo del Poder Judicial en México, sino la permanencia de instituciones que garantizan los derechos y libertades, pues ya no podemos hablar del equilibrio entre poderes.
Así como en el Tush Push, hay quienes buscan avanzar con una jugada directa, arrolladora, impulsada por una fuerza política mayoritaria. El balón ya está en las manos del quarterback, y todo está dispuesto para empujar hacia adelante con el impulso de una mayoría legislativa.
¿Pero hacia dónde se quiere avanzar?

Como en el Tush Push, esta jugada necesita alineación, sincronía y ausencia de oposición frontal. Pero a diferencia del campo de fútbol americano, donde el objetivo es avanzar terreno, en la democracia mexicana el objetivo debe ser equilibrar el poder, no concentrarlo.
Siguiendo con la analogía, el voto del primero de Junio representaría entonces el «terreno corto» donde se decidirá si esta jugada avanza sin resistencia o si hay contrapesos que la contengan.
Cada votante será como uno de los defensores que intenta detener el empuje. Porque si el balón cruza la línea sin oposición, lo que sigue podría ser una reforma constitucional que cambie las reglas del juego judicial por completo, así como la de cada uno de las y los Mexicanos.
No se trata de estar en contra del cambio, sino de cuidar la cancha donde se juega la democracia, garantizar que el árbitro —el Poder Judicial— siga siendo independiente y que las reglas del juego no se acomoden al capricho del equipo que va ganando.
El Tush Push funciona porque es una jugada legal dentro de su reglamento, un año más por lo menos, pero como en democracia, si el reglamento se cambia para favorecer a un solo equipo, ya no hay juego limpio.
El primero de junio no solo se elige un nuevo gobierno: se define si mantenemos una cancha nivelada, donde las instituciones puedan detener jugadas que vayan en contra del interés público.
La decisión, como en todo juego, está en manos de los que participan. Y en este caso, somos todas y todos, si participas, si no, como en todas las elecciones, decidirá la minoría.
Gracias por tu atención y tiempo, por favor sonríe, recuerda que siempre puede ser peor.
Nos escuchamos de Lunes a Viernes de 6 a 8AM en el 92.3FM, y de 1:30 a 3PM en el 99.5FM